domingo, 12 de julio de 2015
Pero sobre todo eres vida.
Aún sigo confundiendo la realidad cuando estoy contigo.
Sigo temiendo despertar en la oscuridad de la que me rescataste y sigo sintiendo ese agridulce sabor en tus besos cada vez que te marchas.
Eres miedo, adrenalina, amor, deseo, euforia, confianza, mi concepción en cada poema de Gustavo Adolfo Bécquer y mi constante imagen en todas y cada una de las piezas de Ludovico Einaudi. Pero sobre todo eres vida. Porque eso es lo que eres para mi, y la vida es lo más importante.
Has iluminado todas mis partes lóbregas, esas partes que he detestado durante tanto tiempo y ahora son casi invisibles. Has encendido la llama de todos los rincones de mi cuerpo y has dado vida a nuevas sensaciones que no conocía.
Gracias por adentrarte en mi vida y dejarme entrar en la tuya.
Quédate, por favor, y no te vayas nunca...
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