He sido la sombra de gigantes que medían menos que los pies que algún día no recordé que podía usar para llegar tan lejos como quisiera, y lo peor es que he seguido sus reglas como el profeta más leal a su Dios, y yo siempre he sido más bien ateo. Me olvidé de mis normas, incluso de lo que me hacía dichoso, y no disfrutar es la peor manera de desaprovechar el tiempo.
Llevo toda mi vida conformándome por inseguridad y cobardía, y es que siempre he visto la soledad como la peor de las perdiciones; hoy me doy cuenta de que no existe mayor ganador que aquel que encuentra la plenitud en la soledad de su alma.
fotografía: @croquecam