miércoles, 22 de junio de 2016

Yo nunca pasé página.

Yo nunca pasé página. No sé para qué iba a querer hacerlo, si me encantaba esa. De arriba a abajo y con su esquinita doblada. La habría leído mil y una vez, y en todas ellas habría sonreído como un niño pequeño al principio y me habría ahogado entre lágrimas al leer sus últimas líneas. Así que no; yo nunca pasé página, ni quise hacerlo. A mí me obligaron a arrancarla.

sábado, 11 de junio de 2016

Caballos salvajes.

Quiero correr por una playa donde no haya nadie. De arena blanca y agua templada. Desnudo. Y gritar, con el Sol en la cara y una pequeña brisa. Quiero correr hasta encontrarme; encontrar a esa persona que se ilusionaba con cualquier cosa y le brillaban los ojos con esa inocencia que ha sido destruida a golpe y porrazo. Quiero seguir corriendo hasta sentirme fuerte, hasta dejar de romperme un poquito más cada noche al dar las doce y depender únicamente de mí. Quiero correr hasta que deje de dolerme el pecho, hasta que todos los pedazos vuelvan a unirse y todas las heridas cicatricen.
Y ahora creo que nunca quiero dejar de hacerlo. Quiero correr toda mi vida. Cada vez más rápido y con más fuerza. Disfrutar del camino y de los que corren conmigo. De los que me vieron caer y me ayudaron a ponerme en pie. Disfrutar de ser libre, de ser feliz. Y de que nadie pueda decirme que no, porque ahora hay cientos de caballos salvajes corriendo dentro de mí.