sábado, 22 de julio de 2017

Por si vuelves.

Te busco en las paradas de autobús, por si es que tu billete va de retraso. Te busco en el vuelo de las palomas que imitaste para volar alto y lejos, donde no puedo verte. Te busco en los rincones de mi cocina a las ocho de la mañana, o en el café que cada día me sabe más amargo. Te busco en ojos marrones en los que no me pierdo y en labios que no me saben a lujuria. Te busco en los dos últimos asientos del cine a las doce de la noche, en la pizzería de debajo de tu casa y en el columpio que ya no juega a balancearse. Te busco en el último lugar donde no tuve que buscarte, por si es que decides volver a regar estas flores que se están pudriendo dentro de mi ser.
No dejo de buscarte; en cada persona que no lleva tu nombre, en cada habitación que no es la tuya, en cada aurora que no brilla con tanta fuerza desde aquellos meses. Te busco y te busco. Te busco y no te encuentro. Te busco y no quiero encontrarte. Te busco y, en el fondo, a quien me quiero encontrar es a mí.


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