domingo, 10 de enero de 2021

*

Voy a saltar. 
"¡No hay nada!", me gritan. 
Y se creen que no lo sé, 
como si no hubiese saltado 
un millón de veces 
a piscinas vacías.

"¡No saltes!" 
Suena,
como una estridente melodía
en replay
por todos los rincones de mi cerebro.

Y con todo en contra, 
treinta y cinco metros de altura, 
echándote de menos, 
queriendo encontrarme en tus labios, 
perdiéndote antes de tenerte
y las piernas temblando,
desafío a la física con una simple pregunta:

¿Y si soy capaz de volar?