41. Para mí el amor siempre ha sido en cámara lenta, arrasando con todo, quemando lo vivido y condenando a muerte a aquellas personas que un día lo defendieron conmigo.
42. Éramos completamente perfectos en la teoría y un auténtico desastre en la práctica.
43. Me he perdido muchas últimas canciones intentando afinar los acordes que no me dejaban estar en la misma sintonía.
44.
— Te quiero. ¿Y tú a mí?
— Te digo mañana cuando me organice la semana.
45. Nos encontramos después de un lustro. Me cuentas que has viajado mucho, que te has enamorado de París y que ahora otra persona te escribe cosas más bonitas que yo.
46. Ojalá pudiera rebobinarte dos versiones atrás.
47. No sé si me gustas más de la cuenta o estoy a punto de salir corriendo pero he apuntado tu cumpleaños en las notas del móvil y me he dejado el cepillo de dientes en tu casa.
48. Yo nunca he aprendido a decir adiós y no creo que a estas alturas consiga hacerlo. Un adiós es para siempre; un adiós es todo lo contrario a tener una secuencia de flashbacks en la cabeza reproducidos de una manera tan precisa. Un adiós no se contempla con la intensidad en la que no puedo evitar impregnar a las personas que pasan por mi vida en un espacio tan grande dentro de mi ser.