Cuando el hoy siempre es peor que el ayer pero tampoco supera al mañana, es muy fácil perderse en todas las injusticias que acompañan a las expectativas. Y yo ya no sé si seguir entonando el mea culpa o echar balones fuera a un mundo que cada vez va más rápido y exige más, y más, y más. Yo quiero llegar, de verdad que quiero llegar. Quiero ser todo lo que me piden que sea, quiero saber qué se siente cuando el mar está en calma sin tener miedo a ahogarme con la siguiente ola.
Necesitaría más de cien vidas distintas para ser todo lo que querría ser, pero hoy me conformo con ser suficiente, por una vez, solo con la mía.