martes, 18 de octubre de 2016

Nunca le he escrito al amor.

Despertarte cada día con café después de quedarme cinco minutos mirándote mientras duermes y que, cuando el Sol salga, te envidie por cómo brillas. Que la soledad sea sólo un mal recuerdo y que aprietes mi mano cuando sientas miedo. Cambiar tus llantos por gemidos y que, si alguna vez no puedes evitar llorar, te seques las lágrimas en el hombro de mi jersey. Que la playa sea nuestra mayor confidente y que bailemos aunque no tenga ni puta idea de cómo hacerlo. Que seas mío, sin dejar de ser tuyo, porque te quiero libre y a mi lado. Que rabies, pero de felicidad. Que soy un desastre, ya lo habrás comprobado, pero a quererte no me gana nadie.

Y en cuanto a mí, que nunca le he escrito al amor, que me sigas haciendo escribir sobre él.


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